Diosa
El céfiro nos mantuvo silenciados
pretendiendo recrear su anatomía,
y rebasábamos las palabras
salvándonos un instante de lo evidente,
los dedos rozaban las eternas guijas,
el deseo trenzaba tu cartografía,
y tu boca,
almeza,
el trazo del doblez de mis pasos.
éramos, si cabe, siempre,
acometiendo la distancia,
y el travieso celo a los labios,
malvas de promesa inocua.
la duda la diluimos
al sabernos, imperfectos,
y encontramos en la sapiencia,
egoísta sabedora del súbito error,
la única verdad que comprendiéramos...
al devenir de los días,
nos besaremos las líneas en las manos.
Verde.
5 Comments:
Te quiero infinito...!
Yo quiero seguir amándote, con piel y sin distancia...
Jaja soy una esquimal/a... directamente!
Grandioso verde.
Qué alegría contar con tu arte entre nosotros.
Un abrazo inmenso
Te quiero... :$
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