28 noviembre 2006

sentimientos incontenibles


Niebla. Densa, húmeda, gris. El sol no levanta sus rayos hoy, y sin embargo, hay un extraño fulgor en el ambiente.

Respira. ¿A qué hueles? La calma que quedó después de la batalla de anoche. Ligero aroma metálico de candiles, inciensos a medio quemar, hierba fresca que fue cortada no mucho tiempo atrás.

Siente, siente y mira alrededor. Disfruta de un recuerdo vacío en la estancia donde te encuentras. Sin luz, sin muebles, sólo el suelo y una manta, para las noches frías de un invierno que no acaba de llegar.Y de fondo suena el eco repetido de armas de fuego. Soñando que calmarán sus ansias cuando la escarcha haga temblar sus mirillas, cuando el frío congele las puntas de sus narices. Cuando sientan la necesidad de no disparar más.

Deseo que termine, que pase, que el infierno no sea más real que unas llamas simuladas con un pobre enajenado disfrazado de Belcebú, que al cerrar los ojos fuerte durante un minuto, se torne inmaculado y puro entendimiento entre poder y cultura, y que las diferencias entre tú y yo no sean más que por razones tan tontas como la peor de las bromas.

Ayer pude ver la sonrisa de un niño que no conoció a su padre, y no me parecía tan distinta a las demás. Y su madre, me miraba, entre sollozos…



Subpresy

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

y he de decir que ya echaba de menos poder decir algo en condiciones...

ahora que el frasco de las esencias se ha desatapado de nuevo, dejemos que siga...

12:09  

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