Podrías ser tú

Sí. Podrías ser tú misma. Pensó el viejo pirata al verla entrar en la taberna con su actitud ambigua de señora y de puta. La miró a los ojos después de repasar su cuerpo de un vistazo y ella bajó los suyos mientras apenas esbozaba una sonrisa. Pidió un vaso de agua, cambio para el tabaco e indicación para llegar a la letrina. Salió atusándose la falda al tiempo que introducía las monedas en la máquina del tabaco. El pirata la observaba mientras rompía el precinto de la cajetilla y un grumete le ofrecía fuego, raudo. Apenas susurró un gracias inaudible, echó un último vistazo al pirata sentado en la mesa, otra sonrisa contenida de gioconda y abandonó la taberna dejando un halo de perfume.El pirata pensó durante unos diez segundos por qué no salía tras ella, la detenía tomandola del brazo y la besaba sin pronunciar palabra. Tras ese instante, decidió que seguramente ya estaría lejos. Sí, podrías ser tú misma, bella mujer... pero no eres tú.

KakTuS

(foto de Elena & Vitali Vasilieva)