30 julio 2006

Miedo


Y era en ese preciso instante cuando sus palabras de verde adornadas alcanzaban la cumbre de mi entusiasmo...
Emoción apototeósica sin disfraz.
Desnuda.
Llegando yo a sentir cómo sus dedos arrancaban con suavidad las viejas costras de mi corazón,
y las más recientes fueron humedecidas con palabras hasta que poco a poco... desaparecieron.
Y las lágrimas no eran sino euforia camuflada.

Pero se fue...
Perdón, se va.

Y lágrimas regresan con tacones demasiado altos.
Peligro.

¿Es el final del comienzo o el principio del fin?

Esta vez no hay pelo, pero entre la niebla la mirada del miedo... de nuevo.



* elfa

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Sabes elfa, es curisoso como la despreteccion puede ser tan fuerte y agresiva en el sentido de quitarnos y arañarnos tanto que solo queda la pureza malevola, aquella que devasta por esa misma unifrormidad de caracter


me encantaron tus letras hoy

01:16  

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