21 julio 2006

Save Me


“Palideciendo al corazón brotaban esperanzas de un sinsentido. Vente conmigo. Saldré al rellano preparando la huida. Tengo frío. Importuné con la vena reventada al cañón detonado. Levanté con la yema del alma, ese consternado lamento que florido emanaba aromas de invierno, insectos que con su aleteo formaban en la almohada un cuento de centeno. Un poemario vedado al pensamiento, exultante al sentimiento. Viese en tu pecho dormida, la última gota de la mañana y absorta, lamiese la tabla donde escritos de tu pena afligieron la serena templanza de mi agonía. Por ti quisiera entregarle la vida a la placidez enamorada que se hospeda en cuclillas sobre la arena mojada. La misma que besa mis tobillos enmudeciendo la horca que balancea su sombra, pues es la mía, sobre mi cama. Y no es espuma, es ahogo. Un vuelco en la garganta afinó la espada. Sintió el calor sobre la piel, que yerma de dolor arrojó balbuceando un término complejo, celado, atendido en plétoras arrogancias. Todas las cosas despreciables, extendidas a lo largo de mi cuerpo. Enmarañados recuerdos. Revueltos forcejeos. Un estudio sobre el amor al verso. Un vínculo con el horario de aquel verano que no olvidamos. El salitre en tus párpados, en mi boca los te quiero. Se alzo el silencio imperturbable, envaneciendo la materia, ensoberbeciendo los crujidos. El lecho fue iluminado por un rayo aguacate que cayó del cielo, el viento contuvo el aliento. Arrojé el cabello a un lado de tu curva, entregome sin reserva con desposeída reverencia. Besaste mi cuello y antes de levantar el hierro filosofaste un segundo y medio, con desvarío costalero. Tomaste la máscara con solemnidad fingida, iracundo en la vorágine, aborreciste todas las dudas que se desataron al pronunciar mi nombre. Sin descubrir la fe, volaste conmigo, de la mano, cardinal y juez, a una isla donde parafraseamos el invento del contar los sietes, y los nueves, y los sietes otra vez. Y mientras contamos, el universo atomizó con desenfreno caleidoscópico todas aquellas romanas y estrechas barricadas que se levantaron en honor a mi don. Mi don hipocrático para diagnosticar tu falta de beldad. Y tanto te pudrió aquello, que hubiste que entablar conversación con Satanás para lograr tu propósito. Hoy es ciénaga mi pozo. Y mi sola mención se antoja un cascabeleo. La más bella resurrección aconteciese, si fueses capaz de reconocer, que siempre fui tu pequeño tesoro.”

Hálleme el reposo en sierva postura. Ausculte en su poso anuras especies. Contenga sin divinidades, la más perfecta de las entregas. Sin vendajes, con donosas reverencias. El astro pretenda mi valle, que pulcro de paciencia, que colmo de sapiencia, destruya la más lívida de las insolencias ante su presencia, bajo pena de muerte.
El hálito me abandone.


Ivanka

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

"...no quiero yo tormento que se acabe
y de acero reclamo yo mi cadena
no concibe mi alma mayor pena
que libertad sin beso que la trabe
ni castigo concibe menos grave
q una celda de amor contigo llena
no creo en más infierno que tu ausencia
paraiso sin ti, yo lo rechazo
que ningún juez declare mi inocencia
pq en este proceso a largo plazo
buscaré solamente la sentencia
a cadena perpetua de tu abrazo..."

Antonio Gala (y tb Antonio Vega) "A trabajos forzados"

si no la tienes, ya te la pasaré

Mil besos

07:41  
Blogger Sr-Cosa said...

A veces te amo casi tanto como a las orejas de Jerome.

Leer eso tan autodestructivo después de haber salido del infierno es un poco fuerte, pero eres tú, eres una artista y eres rusa, así que lo tienes todo.

Por Unax.

15:06  

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