JON - EL
Había sido expulsado de un territorio sensativo
Sentaba incongruencias pasadas en aquel sillón butacón, espolón de nombre acompañía, y veía dos jovenes seres de piernas centinelas que observaban y degustaban belleza sincronizada a palabras de rubor y crítica, uno de los seres habia saludado leve, a su padre, jefe de estación de algun soporte de reloj con nombre emplazamiento de la desesperanza, donde el tiempo y luz no discurrían, proponían vacios y revueltas de brisas enrarecidas y bueno, ya saben, dolorosa semilla de agridulzura.
El cange bajo del tren y empezo a notar una sucumbida, sacudida en la espalda, había luces, de neón, sonidos de zumbido. callejón, luces arriba y lueces a un lado y caminaba sintiendo un gran resquemor, picor en la base de sus omoplatos, le ardía, le concurría por dentro un algo, una revelación rocambolesca, o como aberturas y protuberancias le empezaron a surgir en esa espalda acuciada por látigos orales, lo rojizo de lo fisico...
No se podía tener en pie, originando una especie y suerte de alas de rotulador que contenían el engranaje de relojes y afilados contornos con forma de ala, se convertía en una especia experimental, en un ser alado desdibujado por la negritud de su dolor.
Pasando prueba de fuego y sustento, apretó los dientes y empezo a correr, suave y las las alas trás el, con todos los engranajes, le pulsaba, le tremulaba, le recorría, le asustaba todo, la inconformidad de esos no actos y la observación a la vez de cuerpo y menos alma encarcelada, dispuesta a la épica, esta vez cotidiana.
Surcaba aquel parkin de desolacion y vaga luz y sobrevolaba el camino de las vallas publicitarias, asombraba a esa pareja que decia que su coche olia a humedad y veia esa terna de semi machos bebiendo del frasco en aquel bar de verano y esa mujer de rojo y cabellos ondulados sirviendo de "carne de pruebas" pata de gallo y muslamen de pollo 2x1
babeaban , se empinaban codos y armas organas y todo era tal mentira que nada ni a nada se creía recobrar un sentido.
Era, de nuevo vision de la sumision o mejor dicho mirada negada a la facilidad de frivolidad, solo faltaban los sombreros mariachis, y el caciquismo y las armas, descargadas, cansadas.....
Continuó su transito y sus alas se le volvian cada vez mas pequeñas, pequeño, los relojes que mantenía, mas pesados y el tiempo cuasicongelado, sin prisa, sin brisa, sin sonrisa...
Las madres y los niños en sillas de plástico, la tristeza inherente, hiriente, y el sentimiento minúsculo común, algún loco del alma y mucha solitud.
Brasas de dedicación en una vida cavernaria y sorpresivas normas de sentir en bien, buen hacer, recompensa irreprochable, alud.
Las baldosas ya no se ensuciaban y su cuerpo devolvía lo divino a donde correspondía, a cambio, el sonido celeste le inundaba, todo, relleno de promiscuas observaciones, hacia ti, para ti, desde sujeto a predicado.
Seguidores de la pérdida continuada, sinsabores enésimos, las prolongaciones desaparecen, el reloj se detiene,
pero no para.
La piedra es testigo de la involucion y el ser especial se desintegra en olvidos y conveniencias de andar por casa.
Jon Flamingos
1 Comments:
jon flamingos, o como ser dios en un mundo de mierda...
eres brutal flamin, lo sabes, lo sientes, y escribes como te pide el cuerpo.
Crack en estado puro...la naturaleza crackeriana esta en tu ser.
Gracias, maestro.
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