03 agosto 2006

Love Attack...


Marmota tiene frío. Ha rescatado del fondo de armario un abrigo soviético, que perteneció a su tatarabuela zarina. Después ha buceado en una mandarina hasta hallar una tortuga de plastilina. Le ha besado el corazón, aun con el dulzor químico de la sacarina en los labios, y ha suspirado melancolía. Y ha inhalado desamor.

Sintiese soledad en vena. Martirio autoimpuesto por exceso de sentimiento. Oquedad. Abatimiento. Desidia ultramarina. Deseo enfermo. Languidez. Exterminio. ¿Vaporosa necesidad?

A veces si te sientas frente a un río, puedes adivinar el devenir de las emociones. Un saltamontes se aproxima. Tiene el cerebro absorbido por principios litúrgicos. Por falsos sepelios que le hicieron desgraciado, cuando a su amada aplastaron con un rosario en la feria del sacro estertor. Monjes del mundo entero acudían, cuadrillas poseídas por falsas beldades, mutilados y nigromantes con necrófilas intenciones y níveas lanzas. Inmaculadas. Intachables. Ella ausente y ajena al horror humano, se cruzó en su camino al irse a encontrar con su amado. Vestida de verde lino. En una de sus patas una hoja de mimbre dorado. En sus ojitos el brillo de quien ama con delirio al futuro padre de su hijo nonato, (pensaban llamarle Emilio). Ahí su historia terminó y la de la soledad prosiguió hasta convertirse en alcantarilla. En desagüe para insectos pusilánimes y saltarines.

“Y se resguardan las palabras para cuando la lluvia barra con su beso satinado texturas y contracturas del alma. Hálleme hipnotizada, letárgica y drogada en una huella embarrada con altura milimétrica, la justa para que cuelguen mis piernas una vez cortadas. Decirte quisiera que de no haber usado antes la preextensa regla aritmética hubiese rescatado de la chistera todas esas risas muertas que se fueron adhiriendo a restos capilares, a las perras manías. A trucos letales.
Vistiendo de alberca las tardes de verano, esta cosa muerta que tengo entre las manos, me presta la destreza que me falta para escribir un… te amo.”


Llévame al cine cuando el frío nos achuche…, prometo no reírme cuando sienta tus manos cerca de las ingles.

Marmota

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

frio, otoño, amor, desamor, hojas, serenos, intrepidos, atrevidos, solitarios


la pena de la felicidad perdida

23:36  

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